La Caput-Medusae

Es un tipo de planta epífita del género de las Tillandsia. Este tipo de plantas son conocidas como “plantas aéreas”, porque extraen todos sus nutrientes del aire. No necesitan maceta, ni tierra ni apenas cuidados. Es la antítesis de lo que necesita un hijo para vivir y desarrollarse.

Frecuentemente llegan a consulta familias a las que se le ha agotado la paciencia y piden estrategias para afrontar la educación de sus hijos. Ese resorte suele saltar en la adolescencia o cuando las tareas escolares se vuelven más exigentes. Hoy os queremos hablar de esto último.

Deja que el profesorado haga su trabajo. No lo cuestiones ni desautorices delante de tus hijos. Si no estás conforme con algo, el diálogo es lo mejor.

Llega un momento en el que sentarse a hacer los deberes es una situación estresante para todos. Los padres (generalmente madres), afrontan ese momento con ansiedad y verbalizan este tipo de reflexiones: “es que es muy poco responsable, si no estoy yo encima no sabe ni los deberes que tiene que hacer”, “se despista con una mosca, tengo que estar todo el rato pendiente”o la que más se repite: “ y no te quiero decir las que liamos para repasar cuando nos llegan las notas, esta evaluación ¡Nos han quedado seis!”.Sí, así es, expresado en primera persona del plural.

Hay una tendencia generalizada a considerar que las obligaciones de nuestros hijos son también las nuestras y es un error en el que se cae con demasiada frecuencia. Cuando educamos debemos tener presente hacia dónde queremos llegar. Desde luego no es tarea fácil, pero debemos perseguir que esa persona que hoy depende de nosotros sea autónoma e independiente en el futuro. Si además le hemos trasladado valores que nosotros consideramos importantes podemos darnos por satisfechos.

Debemos tener en cuenta que todos los aspectos de la persona están

La mejor manera de organizarse es utilizar agendas y libretas. Dale las herramientas necesarias para el correcto uso de las mismas.

interrelacionados, no podemos pretender que un niño tenga ordenada y limpia la libreta de clase si su entorno es caótico o sucio. O que se responsabilice de anotar sus tareas si nunca ha tenido que prepararse ni siquiera la mochila, ni ha colaborado en preparar el tentempié para el recreo.

Queremos proponeros solamente cinco puntos que sirvan para reflexionar sobre estos aspectos y como base para la educación durante la infancia.

  1. No traslademos a la vida de nuestros hijos nuestras exigencias profesionales. Creemos que tienen que ser competitivos, saber muchos idiomas y tener siempre éxito. Se dan casos de padres que hacen las tareas de sus hijos para asegurar que están bien hechas. Echan “una manita” ya en infantil con una manualidad y acaban haciendo deberes de química en secundaria. Dejemos que se esfuercen ellos en hacerlo bien y que aprendan a gestionar la crítica en caso de equivocarse.
  2. Permitámosles que tomen decisiones. ¿Por dónde empiezo por los deberes de matemáticas o de ciencias? ¿Qué es prioritario? Este aspecto está íntimamente ligado al anterior, decidir a veces supone acertar y a veces no, lo que está claro es que siempre tiene como resultado aprender de nuestros éxitos y de nuestros errores.
  3. Ayudémosles a creas hábitos. De la misma manera que hay un lugar donde comer debe haber un lugar para realizar las tareas y estudiar. Si desde pequeños les enseñamos a utilizar un espacio identificándolo con la concentración y el disfrute y no con la obligación y el castigo, todo fluirá mejor. Si queremos que tengan unos hábitos de estudio adecuados, usemos siempre el mismo espacio prestando especial atención a los tiempos. Si se acostumbran a hacer tareas con cierto componente lúdico en mesa, a unas horas determinadas la interiorización y generalización será más sencilla.
  4. Démosles responsabilidades. No podemos pretender que sean autónomos si no los responsabilizamos de su cuidado. Desde comer solo, asearse, preparar la mochila del colegio, apuntar los deberes u organizarse para estudiar para un examen. Está claro que el nivel de exigencia debe ser proporcional y adaptado a sus competencias y momento evolutivo.
  5. Ofrezcámosles marcos educativos estables, donde ambos progenitores les transmitan el mismo mensaje y les proporcionen las mismas normas los mismos límites y las mismas consecuencias. Pensemos siempre también: Esto con lo que estoy amenazando o con lo que premio ¿Realmente lo voy a cumplir?
Hacer los deberes delante de la televisión no es una buena idea. Facilita un espacio libre de distracciones que favorezca la concentración.

Y por último abonemos y reguemos bien. Al contrario que la Caput Medusae, las personas se desarrollan mejor si les prestamos atención. No escatimemos en elogios para resaltarlo que hacen bien y reforcemos positivamente aquello que queramos que se potencie, no olvidemos que la construcción de la autoimagen y la autoestima se inicia ya en la infancia.

La Caput-Medusae

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