VACACIONES EN PAREJA
Tras esperar con ansia por ellas, al fin están aquí. Nos estamos refiriendo a las vacaciones de verano.
Lo que a priori puede parecer un planazo, en ocasiones termina convirtiéndose en una guerra campal.
Las dificultades que arrastramos del invierno, lejos de solucionarse se ven agravadas debido al incremento del tiempo y el espacio compartido. Las estadísticas nos indican que el mayor número de separaciones se producen en época vacacional.
Si tu pareja va viento en popa, estupendo. Disfruta estos días para salir de la rutina, compartir más tiempo, largas conversaciones, risas y momentos de tranquilidad lejos del trepidante ritmo del día a día.
Si tu pareja va reguleras, sé consciente de lo que puede pasar. Es probable que aumenten los roces y discusiones, incluso tirando de archivo y sacando a relucir temas de los que a nadie le gusta hablar en vacaciones.
Tal vez te puedan servir estas recomendaciones para intentar tener una experiencia positiva de tan merecido descanso:
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Lo primero y más importante es tener los pies en la tierra. No os creáis Meryl Streep y Robert Redford en Memorias de África porque la vida no es así. En vacaciones, las parejas reales tienen siempre pequeños conflictos, aunque sea por decidir qué lugar es mejor para tomarse una caña. Así que contad con ellos, sin dramatizar ni desanimarse. Tirad de sentido del humor y resolved con el diálogo.
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Estaría genial que pudierais planificar juntos el viaje o el tiempo destinado a vaciones. Tanto si os váis a algún destino, como si os quedáis en vuestro hogar. Pensad qué tipo de cosas os apetece hacer a ambos. Podéis aprovechar para llevar a cabo aquellos planes que durante el resto del año es imposible realizar por falta de tiempo.
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Formad equipo. Organizaos y repartir las tareas. Sentaos a analizar la cantidad de cosas que hay que hacer: preparar maletas, elegir destino, sacar billetes o entradas de visitas, revisar el estado del coche o alquilar uno,… La carga repartida es más llevadera y formar equipo aumenta la sensación de confianza en el otro, la complicidad y refuerza la pareja.
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Sed flexibles. A todas las personas les gusta llevar adelante sus planes, pero,.. la convivencia es lo que tiene. No se trata de ceder siempre pero sí de intentar cuidar y complacer al otro disfrutando de cada momento. La empatía y el consenso tanto para periodo vacacional como para el día a día es un cimiento firme sobre el cual construir una relación sana.
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¿Tiempo compartido o tiempo a solas?. Pues… ¿Por qué elegir?. Disfruta de ratos de soledad haciendo lo que te apetezca, el autocuidado y el quererse a uno mismo es muy necesario. Disfruta también del tiempo compartido y en intimidad con tu pareja. Tanto para poder conversar de cuestiones más íntimas y trascendentales como para disfrutar de una vida sexual más relajada y generalmente más activa en vacaciones. Pero ojo con esto, deja que surja de manera natural, puedes volver a releer el punto primero. Olvida las idealizaciones, el reencuentro y el acercamiento de la pareja no depende exclusivamente de su vida sexual.
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En caso de que haya niños, ten en cuenta que los modelos familiares son múltiples. Podéis tener hijos comunes, o no. Pensad qué es mejor para todos y escoged la mejor alternativa: todos juntos, cada uno por su lado, unos días juntos y otros separados,…. Escuchad a los más pequeños, valorad y respetad su opinión.
En definitiva, las vacaciones pueden ser sinónimo de un nuevo comienzo, donde la comunicación, la flexibilidad y revisar el proyecto futuro de vida en común puede hacer que ese periodo de tiempo sea realmente provechoso.
Si arrastráis cuestiones poco agradables y creéis que en lugar de volver fortalecidos volváis más distanciados, os recomendamos pidáis ayuda profesional que os oriente en cómo establecer el diálogo necesario para llegar a buen puerto.