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Os queremos presentar una tarea que nos está resultando muy útil a la hora de trabajar el plano emocional con población infantil. Los proyectos que aúnan arte, creatividad y juego, siempre resultan una propuesta atractiva para los más pequeños, es por esta razón por la que decidimos ponernos manos a la obra.

En primer lugar se presenta la actividad: “vamos a recortar y pegar para construir una cámara de fotos”. Debes contar con tijeras y pegamento y descargarte e imprimir una plantilla recortable.

Puedes encontrar en la red diferentes plantillas y modelos de cámaras.

Esta tarea puede llevarse a cabo en sesiones individuales o grupales. Si se realiza en equipo además estarás fomentando el trabajo colaborativo. Compartir materiales, tener un proyecto en común y un objetivo compartido favorece la cohesión grupal y el sentimiento de pertenencia al grupo. Una vez recortadas y pegadas todas las piezas, con el montaje terminado pasamos a la acción.

Se plantea la siguiente dinámica: “Como sabéis las cámaras de fotos sirven para captar instantáneas de un momento concreto. Váis a hacernos retratos por turnos.  La persona que pose, ha de pensar en una emoción y un momento de su vida en el que hayan sentido esa emoción. El resto debemos estar muy atentos observando qué emoción expresa con su gesto y una vez hecha la foto trataremos de adivinarla”.

Transversalmente estaremos trabajando también motricidad fina.

Irán rotándose uno a uno, compartiendo con los demás el recuerdo que evocaron para representar la emoción elegida.

Los niños poseen multitud de emociones y sentimientos que necesitan manifestar y expresar. En muchas ocasiones no son capaces de identificar qué sienten ni por qué lo sienten y tampoco saben cuál puede ser la mejor manera de actuar. Las habilidades sociales y emocionales son imprescindibles para un adecuado desarrollo de la persona. Educar las emociones facilita la adquisición de un espíritu crítico, la resolución de conflictos de manera pacífica, la capacidad de adaptación y en definitiva una mayor convivencia y satisfacción personal.

Utilizando el juego y la creatividad, conseguiremos un desbloqueo que nos permita acceder con mayor facilidad al campo emocional.

La práctica de la educación emocional debe llevarse a cabo mediante metodologías vivenciales y participativas que contemplen la historia personal del niño, su entorno y sus necesidades. Es por esta razón por la que eso esta dinámica nos parece una buena alternativa a la hora de poner en marcha este trabajo.

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